La portavoz del Gobierno silencia a Montero y le impide opinar sobre los muertos de Melilla
Hasta en cinco ocasiones los periodistas han preguntado a Montero sobre su opinión por lo ocurrido en Melilla
La portavoz del Gobierno impide a Montero responder una pregunta sobre «los partidos de la guerra»
Lo sucedido el pasado viernes en Melilla, tras el asalto a la valla por parte de centenares de inmigrantes ilegales, está provocando nuevas tensiones en el Gobierno. Prueba de ello es el impedimento por parte de la portavoz Isabel Rodríguez a Irene Montero, tras el Consejo de Ministros, a expresar su opinión respecto a lo ocurrido. «Si le parece, responderé yo a todas las preguntas» decía la ministra socialista cuando una y otra vez, hasta en cinco ocasiones, los periodistas interpelaban a la ministra podemita. No es la primera vez que le veta. Ocurrió lo mismo, en febrero, tras estallar la guerra en Ucrania.
Este mismo lunes, desde la organización de la ministra de Igualdad, a través de su portavoz parlamentario, Pablo Echenique, reclamaban una «investigación» sobre «la vergüenza» de las imágenes vistas. Tanto Rodríguez como Montero se han escudado en que las deliberaciones del Consejo de Ministros son secretas para evitar responder si alguien, a lo largo del encuentro mantenido este lunes, había expresado alguna crítica al dispositivo en la ciudad melillense. Al término de la rueda de prensa, ya sin cámaras, desde el equipo de la ministra de Igualdad recordaban que «su posición es conocida y no tiene problemas en expresarla, fuera de aquí, si se le pregunta en una rueda de prensa o en una entrevista».
A 24 horas para que dé comienzo la cumbre de la OTAN en Madrid, con la mayoría de líderes internacionales presentes en la capital del país, el Ejecutivo no quiere que nada ni nadie pueda poner entredicho la labor del presidente Pedro Sánchez, que a partir de mañana, miércoles, acaparará todos los focos. Por eso, pese a que Irene Montero comparecía para dar cuenta de varias leyes que afectan a su ministerio que se han aprobado este lunes, sus socios no le han permitido expresarse libremente en una cuestión de imperiosa actualidad informativa.
La parte socialista del Gobierno ha eludido la confrontación con Marruecos por el asalto a la frontera de Melilla del pasado viernes y ha puesto el foco en las mafias de la inmigración ilegal, apuntando al tráfico de seres humanos como el «problema» que subyace a una «tragedia» que ha dejado entre 37 (según las ONG marroquíes) y 23 muertos (según las autoridades del país vecino). Ha sido el discurso abanderado por la portavoz del Ejecutivo pese a que, como es sabido, no lo comparten sus socios de Podemos. Isabel Rodríguez se ha visto obligada a valorar las palabras de Pedro Sánchez cuando defendió en Bruselas la «extraordinaria colaboración» de Marruecos en un asalto «bien resuelto» -con decenas de muertos y centenares de heridos, muchos de ellos policías-.
La también ministra de Política Territorial ha evitado polemizar con Marruecos y ha responsabilizado de lo sucedido en la valla a las mafias de la inmigración ilegal: «El Gobierno lamenta profundamente estas pérdidas de vidas humanas. Conviene marcar bien dónde está el problema, y es que existen mafias internacionales que trafican con seres humanos que provocan estas tragedias».